Lo malo lo bueno y lo feo de la tecnología

Recordando la famosa película del consagrado actor y director Clint Eastwood, estrenada hace más de 50 años, “El Malo, El Bueno y El Feo”, debemos ver también a la tecnología desde esa óptica.

Primeramente tratemos de definir “La tecnología” ya que tiene varias interpretaciones, pero lo más general, describe que es la ciencia aplicada a la resolución de problemas concretos. Constituye un conjunto de conocimientos científicamente ordenados, que permiten diseñar y crear bienes o servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y la satisfacción de las necesidades esenciales y los deseos de la humanidad. Es una palabra de origen griego, τεχνολογία, formada por téchnē (τέχνη, arte, técnica u oficio, que puede ser traducido como destreza) y logía (λογία, el estudio de algo).

La tecnología, debería considerarse neutra, es decir, no debería ser mala, ni buena ni fea, todo dependerá de los usos y la forma en que la apliquemos en nuestras vidas diarias.

La tecnología es buena en cuanto nos facilita nuestra vida y nos proporciona mejor calidad de la misma, basta mencionar las comunicaciones con audio y video que hace pocas décadas eran imaginables solamente en ciencia ficción o en la tira de prensa de los años 1930 ”Dick Tracy”, que por cierto ya fue rebasada en su ingenio y creatividad, inventos que vemos cotidianamente como el horno microondas o el refrigerador, aparentemente sencillos pero que sí mañana no los tuvieran en nuestro diario vivir, los echaríamos de menos.

La expectativa de vida de la población en general, en todo el mundo, ha aumentado, en gran medida gracias a la tecnología, procedimientos médicos que hace pocos años eran de altísimo riesgo y solo podían hacerse en países del primer mundo, ahora son por decirlo de alguna forma, rutinarios y normales.

La información y capacidad de procesamiento de un teléfono móvil actual, que integra aplicaciones y funciones como almacenamiento de música, chats, cámara, lámpara, grabador de video y de audio, manejo de correos, contactos, el poder ver películas o navegar en internet, hace 30 años era para la mayoría inimaginable y ni las computadoras más grandes y poderosas de la época podían lograr hacer lo que ahora hace un dispositivo que cabe en la palma de la mano.

Pero la tecnología también nos ha traído aspectos negativos, para no decir que son malos ni feos, pero esto es por el mal uso que los humanos le hemos dado. Ahora hay en todo el mundo una epidemia de obesidad, la mayoría de tareas domésticas, labores de campo y de oficina, forma de transportarse, casi todo, se ha tecnificado y automatizado. Ya no caminamos ni para ir a la vuelta de la esquina, el trabajo físico tiende a desaparecer totalmente, es ridículo que no hagamos ningún trabajo ni esfuerzo físico y que debamos ir a gimnasios para ejercitarnos. Nunca me recuerdo antes, haber visto tantos gimnasios.

Hemos perdido el arte de la conversación y de interactuar en familia, con amigos, con compañeros de clase o de trabajo, nos hemos idiotizado  y parecemos ”zombies” detrás de un dispositivo móvil, salimos de viaje y en lugar de conversar y apreciar el paisaje o entornos del camino, vamos pegados al móvil, conozco casos de esta nueva especie de ”zombies”, que sí no tienen conexión a internet se vuelven neuróticos y son incapaces de vivir la vida, de disfrutar los elementos de la naturaleza y de la compañía humana que a veces tampoco es muy buena por haberse contagiado. Eso me lleva a añorar viejos tiempos en que no éramos esclavos de la tecnología y no nos idiotizaba un dispositivo que repito, ahora cabe en la palma de la mano.

Pero este embrutecimiento generalizado, no es culpa de la tecnología, debemos preguntarnos sí como sociedad, con los avances tecnológicos nos hemos humanizado o deshumanizado?

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